Beijing es una ciudad famosa por sus murallas, construidas para proteger al emperador y a su pueblo de los invasores del norte. Conectando las diferentes secciones de las mismas había enormes puertas, cada una de las cuales tenía además un cometido especial. Como símbolos remanentes del poder imperial, la mayoría de las puertas fueron destruidas en la década de los cincuenta, por lo que en la actualidad sólo es posible contemplar tres de ellas: Qianmen, Deshengmen y Yongdingmen. Sin embargo, las historias que se esconden tras las antiguas puertas de la ciudad pueden ayudar a los visitantes a entender mejor la cultura china y la historia de una ciudad imperial que era gobernada siguiendo un estricto orden tradicional.
Desde la dinastía Ming (1368-1644) hace ya unos 600 a?os, las puertas han tenido siempre diferentes funciones. El ejército imperial atravesó Deshengmen en su partida hacia la guerra porque Desheng se pronuncia igual que “victoria” en chino, pero al regresar entró en la ciudad a través de Andingmen, ya que su nombre significa literalmente “Puerta de la Paz”. únicamente el emperador podía usar Zhengyangmen, y Xuanwumen fue la salida de la ciudad para los carros que transportaban prisioneros. Fuchengmen por su parte se usaba para los carros que transportaban carbon, mientras que aquellos que transportaban agua lo hacían a través de Xizhimen.
Las antiguas puertas de la ciudad afectaron incluso a la escritura. El radical con forma de gancho, muy común en la escritura china, por ejemplo, no se usaba en los nombres de las puertas, debido a la creencia de que los dragones, animales de agua, temían a los ganchos, y al mismo tiempo el propio emperador era identificado, de entre todos los animales, con el dragón.