"Donde hay gente
hay restaurantes chinos; donde hay ciudad hay organizaciones chinas".
En el Per? se suele o?r hablar as? con orgullo. Por eso, no es dif?cil
comprender por qu? en el Per? los restaurantes chinos son tan numerosos
y las organizaciones chinas est?n tan ampliamente distribuidas.
Entre estas organizaciones, la de m?ximo nivel es la Beneficencia
Central de China (BCCh), con 114 a?os de antig?edad.
La BCCh est?
domiciliada en la Calle Paruro N.?811, que es un edificio de cuatro
pisos, viejo y elegante. En el primer piso, el vest?bulo parece
ser un museo. Las paredes est?n repletas de l?pidas, r?tulos y otros
objetos memoriales. Entre ellos hay una preciosa l?pida de fondo
negro que contiene una inscripci?n en caracteres dorados: "Nota
de la fundaci?n de la Beneficencia Central de China"; un r?tulo
"otorgado por el Emperador" que dice "Desinter?s universal"; un
vidrio enmarcado con los estatutos de constituci?n cuyo papel se
ha vuelto amarillo con el tiempo... Apartando nuestros ojos de la
paredes, vimos a varios grupos de ancianos conversando o leyendo
libros y peri?dicos, disfrutando de su amena vejez.
Historia
larga
En el vest?bulo
atra?a la atenci?n el retrato de un alto funcionario de la dinast?a
Qing. Se llama Zheng Zaoru. En 1881 fue nombrado y enviado en calidad
de ministro a Estados Unidos, Espa?a y el Per?, nos dijo el Sr.
Xiao Yaonan, Presidente del Consejo de la BCCh. En junio de 1884,
Zheng lleg? a Lima convirti?ndose en el primer ministro chino acreditado
en el Per?.
Seg?n datos hist?ricos,
la primera migraci?n china masiva al Per? se remonta al a?o 1849
cuando el Per?, reci?n librado del r?gimen colonial de Espa?a de
tres siglos, necesitaba con urgencia un gran n?mero de trabajadores
para la roturaci?n de tierras, la construcci?n de caminos y puertos
y la explotaci?n de minas. Pero el pa?s apenas ten?a dos millones
de habitantes, o sea dos por kil?metro cuadrado. Entre tanto, en
China, agobiada por la amenaza exterior y la turbulencia interior
despu?s de la Guerra del Opio, mucha gente se ve?a obligada a salir
a buscarse la vida como trabajadores contratados a bajos precios.
En aquel entonces un viaje por mar, de 90.000 millas entre China
y el Per?, tomaba generalmente m?s de 120 d?as. Durante la traves?a
mor?a al menos uno de cada diez de los chinos debido a las p?simas
condiciones, la desnutrici?n y el cambio del clima. Pero a pesar
de ello, en el Per? hab?a ya 60.000-70.000 trabajadores chinos cuando
lleg? el ministro Zheng.
A la saz?n, los
chinos estaban dispersos en diversos lugares, no ten?an una organizaci?n
unificada y carec?an de instituciones ben?ficas. Zheng, preocupado
por esta situaci?n, propuso constituir la Beneficencia Central de
China con el fin de fomentar el comercio y ayudar a los trabajadores
chinos.
Donaciones
de inmigrados chinos para la construcci?n
Seg?n lo registrado
en la inscripci?n de la l?pida, los chinos en el Per? hicieron donativos
con entusiasmo en favor de la moci?n para la fundaci?n de la Beneficencia
Central de China. Los comerciantes chinos custodiaban el dinero
reunido por turno. En 1886, el Consejo encargado del fondo decidi?
comprar el edificio entonces localizado en la actual sede de la
BCCh. De este modo se constituy? formalmente la instituci?n.
Pero poco despu?s,
como el edificio era viejo y poco decoroso, los chinos hicieron
donativos de nuevo para desmantelarlo y construir otro nuevo.
En una pared
lateral del sal?n de la BCCh cuelgan cinco filas de fotograf?as
con 150 personas. El Sr. Cai Aiqiu, Vicepresidente del Consejo,
nos dijo que son los donadores m?s activos para la segunda reconstrucci?n,
la cual fue decidida en 1957 en la Asamblea de Representantes de
Todos los Chinos del Per?.
Los chinos residentes
se mostraron fervorosos por la reconstrucci?n y, siguiendo el buen
ejemplo de los jefes, donaron un total de 6,5 millones de intis,
moneda peruana, mucho m?s del presupuesto programado de 4 millones.
Entre ellos destacaron Liu Jinliang y Dai Zonghan, quienes donaron
m?s de medio mill?n cada uno.
El nuevo edificio
de la instituci?n es de hormig?n armado y consta de cuatro pisos.
Los tres pisos superiores tienen 51 habitaciones y el primer piso
se compone de un sal?n, una sala de recepci?n, una oficina de secretar?a
y una sala de libros y lectura. El 10 de octubre de 1959, al finalizar
las obras, el Presidente Paran? de la Rep?blica asisti? a la inauguraci?n
y cort? la cinta en persona.
Donaci?n
de esculturas de cobre al Per?
Los datos hist?ricos
indican que ya, en el per?odo de preparativos para la BCCh, los
chinos empezaron la ayuda mutua, por ejemplo, el socorro de los
pobres y los menesterosos y el servicio de unos a otros. En 1883,
la BCCh estableci? un asilo para aceptar y cuidar a los trabajadores
chinos enfermos, lesionados y viejos sin ayuda que no pod?an valerse
por s? mismos. M?s tarde, estableci? un hospicio en Guangzhou, China.
Adem?s, a objeto de proteger los leg?timos derechos e intereses
de los chinos, entreg? varias peticiones al Presidente peruano e
hizo gestiones ante el gobierno, logrando finalmente el debido status
social para los compatriotas chinos.
L?gicamente,
el status de los chinos est? asociado con sus contribuciones a la
sociedad local. En 1921, con motivo del centenario de la independencia
del Per?, la BCCh moviliz? a todos los chinos para hacer donaciones
y con la colecta obsequi? un grandioso monumento esculpido con surtidor
en se?al de gratitud al Gobierno y el pueblo del Per?. Con ocasi?n
del cuadricentenario de la ciudad de Lima, los chinos organizados
por la BCCh regalaron dos esculturas de cobre: una de llama, animal
nacional del Per?, y otra de doma del buey, s?mbolo del esp?ritu
peruano. Por si ello fuera poco, la BCCh ha estimulado a los chinos
a contribuir con dinero, materiales y fuerza humana cada vez que
la Cruz local recauda fondos u ocurre terremoto o inundaci?n.
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