El ábaco, una herramienta de cálculo única, inventada por el pueblo chino en la antigüedad, ha desaparecido en muchas áreas de China, debido a la expansión del uso de las calculadoras y computadoras en la actualidad. Pero a lo largo de la historia, hasta hace solo 20 a?os, el ábaco fue durante mucho tiempo un importante instrumento de cálculo en cada hogar, sin mencionar ya a los contadores y corredores.
El ábaco es un marco de madera rectangular, que normalmente tiene en su interior al menos siete varillas verticales y una barra horizontal. En cada varilla hay dos cuentas redondas en la parte superior (cada una de las cuales equivale a cinco). Cada barra representa un dígito diferente. Después de ajustar los dígitos, el operador puede mover las cuentas hacia arriba o hacia abajo en relación con la barra y hacer los cálculos. Debido a ello, los cálculos con este instrumento de cómputo son llamados también cálculos de cuentas. Para usar bien el ábaco, uno debe recitar una fórmula concisa, en la que cada suma, resta, multiplicación o división puede ser simplificada al acto de mover las cuentas.
Es una suerte observar a un experto usar un ábaco, golpea las cuentas, los dedos revolotean y después de unos pocos segundos está resuelto el cálculo. En el pasado, además de la habilidad de escribir caracteres elegantes con el pincel, otra destreza que se exigía a los hombres de negocio fue la de emplear el ábaco con maestría. Siempre que se hacía un cálculo, había un ábaco. Los primeros registros históricos escritos sobre el ábaco chino datan del siglo II a.n.e. (durante la Dinastía Han). De aquí se desprende que las cuentas han sido golpeadas a lo largo de dos mil a?os.