A mediados de la década del 90 del siglo pasado, la famosa bailarina Yang Liping se casó con Liu Chunqing, un comerciante de Taiwan. En 2002, cuando el matrimonio regresó a esta isla para pasar la Fiesta de la Primavera, los padres del marido expresaron su deseo de tener un nieto. Retornada a Beijing, Yang fue a ver a una ginecóloga, quien le explicó que una mujer podrá embarazarse sólo cuando su grasa acumulada represente el 22% del peso corporal y cuando sobrepase el 28% ella tendrá la suficiente reserva energética para sustentar la gestación y el amamantamiento. Como Yang no tenía casi nada de grasa debido a que estaba de dieta desde hacía muchos a?os, era inimaginable el embarazo para ella. Si deseara tener un hijo, tendría que engordarse y esto significaría dejar de bailar por largo tiempo. Ante este dilema, Yang escogió el baile. Su marido volvió a Taiwan por no comprender su decisión. El amor profundo de Yang por el arte escénico conmovió por fin a su marido, quien brindó todos sus fondos disponibles a Yang para la producción del programa 《Impresiones sobre Yunnan》.