Bolso manchú: Fadu
Desde hace miles de a?os, en el norte de China es muy conocida una encantadora canción de amor titulada Bolso bordado, que habla de una joven esposa que, en el bordado de un hebao que ella hace para su marido, le expresa su amor y pesar al ser separada de él.
Muchos grupos étnicos tienen la costumbre de llevar un bolso. Entre ellos están los manchúes, que los usan como parte de sus tradiciones, y el bolso manchú, identificado como fadu en el lenguaje de esa etnia es el único que tiene un gusto completamente étnico.
Los antepasados del pueblo manchú vivían de la caza, que realizaban por monta?as densamente pobladas de árboles, donde se encontraban con aves y fieras, de ahí que llevaran atada a la cintura un tipo de bolsa hecha de cuero, en la que guardaban su comida. Posteriormente los manchúes abandonaron las zonas monta?osas y comenzaron a vivir de la agricultura, por lo que aquellos fadúes se convirtieron en algo peque?o y delicado que únicamente contenía dulces. Las mujeres utilizaban peque?as piezas de seda y satín para coser las bolsas y las bordaban con flores y dibujos de aves. Este es el origen del fadu manchú, también usado para llevar perfume y tabaco.
La bolsa de perfume es igualmente símbolo del amor entre los jóvenes manchúes. En cierta ocasión dos jóvenes quedaron enamorados y la chica le regaló al muchacho una bolsa de perfume hecha a mano. Es imposible determinar cuándo la bolsa de perfume se convirtió en una promesa de amor, pero lo que sí es cierto es que el amor sincero de las mujeres se refleja plenamente en el fadu.
Por lo general la bolsa de tabaco es hecha por una mujer para su esposo o por una chica para su amado. Lo interesante es que en cada bolsa de tabaco es amarrado un peque?o madero de “calabaza”, el cual es muy elaborado y tallado con ricos dise?os. La primera función del cierre con forma de calabaza es evitar que uno pierda la bolsa, debido a lo fuerte que es el cierre de dos pulgadas de largo para correrse por la costura entre la cintura y el cinto de tela que usan los manchúes.
Hombres o mujeres, ancianos o jóvenes, a todos los manchúes les gusta llevar un bolso, aunque ellos difieran en su posición y forma de usarlo. Los hombres lo portan en la cintura, asegurado al cinturón, junto con sus cuchillos, la bolsa del abanico y las piedras. Las mujeres lo atan al segundo botón de su cheong-sam, un vestido tradicional manchú, y algunos jóvenes los ponen incluso con un espejo, un collar de jade y otros objetos sueltos.
En cada Festival de los Botes de Dragón es una tradición estrenar un bolso nuevo lleno con realgar y mugwort, importantes hierbas de la medicina china. Algunas personas lo sujetan con un peine y cinco animales venenosos tallados en madera, el cual se dice que es un talismán que puede mantener alejados los malos espíritus y traer felicidad y buena suerte. De esta forma, los hebaos son considerados un popular presente de buena suerte para los familiares en los días de fiesta.