Viejas salas, oscuras paredes, setos de bambú, un fogón gris y pinturas propagandísticas de la Revolución Cultural, en una antigua casa de trescientos metros cuadrados, cuentan a los aficionados del té sobre las vicisitudes de la vida.
A la orilla del río Yangliu, en el pueblo de Shuangliupeng, a veinte kilómetros del centro de la ciudad de Chengdu, se encuentra una casa del té de cien a?os de antigüedad, y en buen estado. Su especial estilo arquitectónico muestra la cultura e historias de la llanura del oeste de Sichuan: salas viejas, paredes oscuras, setos de bambú, un fogón gris, cántaros de piedra con agua para el té, musgo y sillas de bambú, todos ellos cuentan las vicisitudes de la vida.
Las casas del té en Chengdu, con una larga historia de la cultura local, están desapareciendo en el proceso de evolución de la sociedad y con la urbanización, excepto por esta antigua casa del té en Shuangliupeng. Su existencia permite que más gente sepa que en Chengdu aún continúa esta tradición popular, vinculada estrechamente a la población.