Con el aumento global en el precio de los cereales de todo el planeta, más y más personas perciben la amenaza de la crisis alimenticia. Para aliviar esta crisis, los científicos de la Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU (FAO, siglas en inglés) plantearon un método insólito—comer insectos. Ellos sostienen que muchos insectos no solamente contienen proteínas y minerales beneficiosos al cuerpo humano, sino que también pueden mejorar el ambiente de subsistencia del ser humano.
113 países del mundo comen insectos
Los insectos contienen un valor nutritivo extremadamente alto, además de proteínas y minerales más ricos que el pescado y la carne, contienen aminoácidos y calorías más bajas necesarias para el cuerpo humano y asimilados con gran facilidad por el cuerpo humano. Lo cual corresponde con los requerimientos de dieta de la gente moderna por la salud. Los expertos sostienen que llegará algún día en que los alimentos hechos con “insectos” sanos sustituirán los alimentos altamente grasientos de hoy y se convertirán en un bocadillo de moda.
Según cálculos de la FAO, a excepción de la gran mayoría de las regiones de Europa, donde se restringe en gran medida el consumo de insectos, alrededor de 113 países y regiones del mundo gustan de comer insectos y pueden preparar exquisitos manjares con insectos. Más de 1.700 especies de insectos son comestibles para el ser humano.
En Taiwán de China, grillos salteados y orugas fritas son manjares deliciosos. En México, un plato de larvas de mariposa se vende a 25 dólares. En Barbuda Nueva Guinea, la gente come directamente los gusanos de sagú envuelto con hojas de plátano. A los habitantes de la isla Bali les gustan comer libélulas. En los mercados de muchos lugares del Sudeste Asiático, se pueden ver insectos fritos a la venta, un bocado especial.
Establecer “granjas de insectos” para afrontar la crisis alimenticia
Patrick de la FAO manifestó que si los consumidores tantean relajar la restricción, habrá más insectos que se convertirán en preciosos y deliciosos manjares. Asimismo, expresó: “Sólo con mezclarlos con algunos otros alimentos, podremos hacer a los que no comen insectos volverse ‘locos’ por los insectos”.
A principios del a?o en curso, la FAO convocó una reunión para discutir especialmente sobre cómo comer los insectos al igual que los granos, con el fin de mantener el desarrollo sostenido de la Tierra. Muchos países incluso plantearon una idea de edificar “granjas de insectos” para criar toda clase de insectos, que no solamente pueden aumentar las variedades de los alimentos, sino que también permiten proteger mejor a los bosques. Algunos expertos indicaron que apresar los insectos y comerlos constituye un método mejor que el uso de medicamentos químicos para eliminarlos.
En Tailandia, cuando el insecticida no puede controlar las langostas, el gobierno alienta a los campesinos a comerlas. Un comerciante de insectos de Bristol gestiona muchas especies de insectos, incluidas las langostas. Declaró: “Al ver con tus propios ojos las langostas y los grillos, tienes que cambiar tu visión sobre ellos, pues son muy limpios y muy nutritivos”. “Siempre que la gente esté dispuesta a aceptar las nuevas concepciones, los insectos pueden convertirse en un buen método para resolver la crisis alimenticia.