La ordenación de un joven italiano como monje budista en el Templo Xuanzang de Nanjing (Jiangsu, este de China) ha despertado el interés de los medios de comunicación por el que es el primer italiano y quizás el primer extranjero en adherirse a la vida monacal budista en la China moderna.
El joven, de 28 a?os de edad, lamenta las dificultades que sufre para realizar ejercicios de meditación a causa del gran interés despertado en los medios.
"Tengo que atender a los periodistas todo el tiempo y no he podido comenzar aún la meditación", confesó el nuevo monje, cuyo nombre budista es Lu Xia (por aproximación a Lucas), en perfecto chino, al diario China Daily.
Tras graduarse en la Universidad de Roma en Relaciones Públicas, el joven italiano estudió chino en la Universidad del Sureste de China, ubicada en Nanjing.
Durante dos a?os visitó el Templo Xuanzang los fines de semana, antes de abandonar sus creencias católicas por el budismo, hecho que atribuye al "Karma", la ley de causa-efecto o la inercia natural.
El pasado 10 de noviembre Lucas celebró su ordenación en el Templo Xuanzang, conocido por atesorar las reliquias del célebre maestro Xuanzang (602-644), quien durante 16 a?os peregrinó hasta India para introducir en China gran cantidad de textos budistas en sánscrito, y fue un importante traductor de textos religiosos, cuya historia constituye una de las grandes obras literarias clásicas chinas "Peregrinación al Oeste".
El maestro Chuanzhen, abad del templo y guía espiritual del recién ordenado, aprobó la incorporación de Lucas al templo tras observarlo un a?o, en un ejercicio de prudencia para evitar permitir que una decisión de tal relevancia sea motivada por un mero impulso.
"Me doy cuenta de que, a pesar de su limitado conocimiento sobre el budismo, ha sido firme la fé que tiene", destacó el maestro budista, calificando de "excelente" la agilidad de comprensión que el joven europeo ha mostrado al adoptar los conceptos clásicos de su nueva religión.
"Uno mismo abandona el cuchillo de matar, uno mismo se convierte en Buda", lema de los budistas chinos, es la sentencia preferida de Lu Xia, para quien "si la vida es una inevitable lucha, uno puede disfrutar de la paz interna cuando se aparta de la combatividad".
En referencia a su discíplo italiano, Chuanzhen ha manifestado sus altas expectativas en que Lu Xia pueda algún día llegar a dedicarse a extender la influencia de esta religión propia de Asia en Occidente.
Chuanzhen espera que un día Lu Xia lleve el budismo chino a Roma, convirtiéndose de este modo en el Matteo Ricci (primer misionero jesuíta que introdujo el catolicismo en China en el siglo XVI) de la modernidad.