China ha ordenado la devolución o destrucción de todas las aves de corral o sus productos derivados que hayan sido importados desde Canadá después del 23 de septiembre, a fin de evitar la entrada del virus de la influenza aviar (H7N3) en el país.
La decisión, que fue conjuntamente tomada por el Ministerio de Agricultura y la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena, fue anunciada dos días después de que la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, antes Oficina Internacional de Epizootias) emitiera una alerta de epidemia, en la que dijo haber comprobado la presencia del altamente patogénico virus en un criadero de pollos en Saskatchewan, en el centro de Canadá.
El organismo internacional, con sede en París, advirtió que aproximadamente 540 gallos han muerto en un galpón que alojaba a unos 600. Otros 49.100 gallos y pollos de nueve granjas cercanas son susceptibles de haber sido contagiados.
Para hacer frente a la situación, China ha prohibido las importaciones de todos los tipos de aves de corral y sus productos derivados provenientes de Canadá, y ha exigido a los departamentos gubernamentales locales el aislamiento de todos los productos canadienses de este tipo que sean transportados por vía aérea, marítima o terrestre que hagan escala o transiten por el país asiático.
Las aves de corral importadas ilegalmente de ese país norteamericano deberán ser destruidas bajo la supervisión de los departamentos de inspección y cuarentena de los puertos fornterizos.
De otro lado, China decidió reanudar desde ayer domingo la importación de bovinos y otros cuadrúpedos, así como sus productos derivados, desde los estados de Santa Catarina, Acre, Río Grande do Sul y Rondonia, todos ubicados en la región amazónica de Brasil, luego de que la OIE los declarara libres de fiebre aftosa. Fin