(430auto.com)- La lucha de la sociedad saudita para que las mujeres tengan derecho a conducir, abre un nuevo capitulo: un grupo de activistas ha convocado para el próximo día 26 de octubre, la enésima jornada de protesta para reclamar ese derecho. Sin embargo, al mismo tiempo ha surgido un jeque religioso quien con sus justificaciones peregrinas pretende ponerle fin al movimiento.
En una entrevista con la web saudí de noticias Sabq el jeque Saleh al-Luhaidan, consultor de la Asociación psicológica del Golfo, revela nuevos datos “científicos” reproductivos: “Si una mujer conduce un coche, no por pura necesidad, esto podría tener efectos fisiológicos negativos como demuestran los estudios médicos, ya que afecta a los ovarios y empuja la pelvis hacia arriba. Es por eso que nos encontramos con que la mayoría de las mujeres que conducen regularmente tienen ni?os con problemas clínicos de diversos grados”.
Saleh es además uno de los 21 miembros del Consejo Superior de Ulemas, puede escribir fatwas (edictos religiosos), asesorar al Gobierno y tiene un gran número de seguidores en el reino controlado por los religiosos wahabíes. Sin embargo, el jeque carece de cualquier educación o experiencia en el campo de la medicina.
Tampoco citó alguna fuente que respaldara las palabras que pronunció en la controvertida entrevista, durante la cual llamó a las mujeres a “ser razonables” y a emplear “más la mente que el corazón”, a la hora de tener en cuenta la parte negativa de conducir;excepto en circunstancias justificadas, como en el caso de enfermedad de su marido durante el viaje.
Un religioso polémico
El jeque ya está acostumbrado a causar polémica, aún cuando esto le valió que el rey Abdullah, en su intento por introducir algunas reformas aperturistas, lo destituyera de su cargo como jefe del Consejo Supremo Judicial en 2009.
No está claro si un fuerte respaldo a la prohibición de Luhaidan es compartida por otros miembros del Consejo de Ulemas, pero sus comentarios demuestran una arraigada oposición a que las mujeres sauditas conduzcan que es general entre algunos conservadores.
Incluso entre las filtraciones del portal Wikileaks, se encontraron algunas que dejaron al descubierto que, según diplomáticos estadounidenses, muchos en la nación celebraron que el rey apartara al jeque del Consejo Judicial. En un teletipo comentaban sobre él: “Es ampliamente visto como un obstáculo para las reformas, las palabras irreflexivas de Al Luhaidan han avergonzado al reino en más de una ocasión. Permanece en el Consejo de Ulemas como miembro prominente pero con menos influencia”.
El manifiesto
En el manifiesto de la convocatoria del día 26 que el jeque desea boicotear, que hasta el momento de la elaboración de este artículo acumulaba 12.035 firmas de adhesión, los organizadores dicen que dado que el Gobierno no tiene justificación para prohibir a las mujeres conducir, éste debe proporcionar los medios para que puedan obtener sus permisos.
Critican que muchos se escudan en que debe ser una “decisión social” pero en realidad “no se resolverá sino mediante una decisión gubernamental”. “Es importante se?alar que las mujeres no se verán obligadas a conducir si no que podrán hacerlo si así lo desean”, a?aden.
Pero los organizadores no quieren excusas: “En el caso de que el Gobierno Saudita mantenga la prohibición, pedimos que presente a los ciudadanos una justificación legal válida”. Y a?aden que en el caso de no hacerlo, proporcionen a la sociedad algún mecanismo legal a través del cual pueda expresar sus deseos.
Rawia Abdulrahman, una saudita residente en Jeddah, califica las explicaciones del jeque como una enorme “estupidez”. La joven afirma que cada vez más mujeres se unen al movimiento en favor de este derecho. “Se trata de poder elegir, hay mujeres que pueden y quieren pagarse un conductor y otras o no pueden o prefieren ahorrar ese dinero para necesidades más importantes”, sentencia.
Nada está escrito
No es que exista alguna ley que expresamente prohiba a las mujeres ponerse detrás del volante, sino que la Policía religiosa es quien tradicionalmente lo ha impedido. Arabia Saudita es uno de los países más estrictos en materia del islam.
Además, después de la mediática protesta en 2011, el fallecido ministro de Interior Nayef bin Abdelaziz reafirmó un edicto religioso de principios de los a?os noventa en este sentido.
Varias de aquellas que se han atrevido a conducir, han sido detenidas y liberadas sólo después de firmar un documento prometiendo que no lo harán de nuevo. Otras incluso, fueron sentenciadas a recibir latigazos, como fue el caso de Shayma Ghassaniya, condenada a recibir diez, aunque el Rey revocó el castigo a último momento.
Curiosamente, el jefe de la Policía religiosa,“Haia”, el jeque Abdulatif al-Sheikh, dijo la semana pasada que no había ningún texto en los documentos que componen la ley islámica que prohíbe a las mujeres conducir, pero no por ello descartó que sus agentes actuarían contra las que conduzcan.
“Las mujeres en Arabia Saudita no tienen los mismos derechos que los hombres. En efecto, los hombres que gobiernan, amparados en su inmensa riqueza petrolera, en un dogma religioso anacrónico y aliados del Occidente en contra de otra dictadura, Irán, han logrado negarle los derechos más básicos a las mujeres. Ellas son consideradas menores de edad toda su vida”, sentenciaba respecto de la situación de las sauditas Pedro Pizano, consultor de derechos humanos.
“La gente debe saber que el islam no es de jeques, nadie hace caso de personas como este se?or de mente cerrada. El islam es una religión muy tolerante y fácil y no hay nada en absoluto contra que nosotras podamos conducir”, afirma Rawia. “Y creo que es hora de Arabia Saudita dé un paso hacia adelante en lugar de vivir en la edad de piedra por el pensamiento de algunos retrógrados”.