La visita a Israel del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, se vio ayer enturbiada por el imprevisto anuncio del Ministerio del Interior de ese país de que acababa de aprobar la construcción de 1.600 viviendas para ampliar el barrio judío ultraortodoxo de Ramat Shlomo, ubicado en una zona ocupada de Jerusalén Oriental.
El anuncio, que se produce tan sólo un día después de que el gobierno israelí anunciara un controvertido plan de ampliación de la colonia judía en Cisjordania con 112 viviendas, ha sido un nuevo jarro de agua fría para las relaciones bilaterales, y Biden vio obligado a condenar la decisión de forma contundente justo después de haber reiterado el compromiso del gobierno estadounidense con el gobierno de Netanyahu.
Del comunicado oficial se desprende que el vicepresidente estadounidense está muy molesto por el anuncio, especialmente porque se produce en un momento en que el presidente palestino, Mahmud Abbas, con quien Biden se reunirá hoy miércoles en Ramala, acaba de aceptar reanudar el diálogo con Israel. Biden, que fue especialmente duro en su comunicado, manifestó que "es el tipo de iniciativa que socava la confianza" y complica los procesos de negociación entre la parte israelí y palestina.
Por su parte, el presidente palestino Mahmoud Abbas ha exhortado a Amr Moussa, secretario general de la Liga de Estados árabes (LEA), a que se tome "una decisión adecuada en respuesta al peligro de la acción israelí que desafía la voluntad internacional”, y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha emitido hoy un comunicado en el que dice que la decisión tomada por Israel “destruirá las conversaciones indirectas tan sólo dos días después de que hubieran acordado”.