La reciente epidemia de "influenza humana" en México suscitó muertes, hospitalizaciones, ansiedad y ahora discriminación hacia las personas que estornudan en lugares públicos.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, estatal) dijo este lunes en un comunicado que "es necesario trabajar internamente ese tipo de actitudes hacia la gente que estornuda".
"Este acto reflejo que era considerado algo normal, hoy es visto como un atrevimiento", agregó.
En México es común que las personas estornuden o tosan sin cubrirse la boca con un pa?uelo o que escupan en la banqueta, dentro de vehículos de transporte o frente a clientes que comen en comercios callejeros.
Según la Secretaría de Salud (SSa), México ha registrado un total de 3.102 casos de personas infectadas con el virus de la influenza humana, con 68 decesos.
La académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, Bertha Blum Grynberg, dijo que la expulsión sonora de aire causada por una irritación nasal, antes suscitaba una voz cordial de "salud" incluso de desconocidos.
Tras la epidemia de influenza humana, estornudar "ahora provoca desconfianza, miradas acusadoras y un sentimiento de extra?eza", apuntó. "Lo insignificante se convirtió en una amenaza", dijo la psicóloga.
La nueva actitud hacia quienes estornudan resultó de la información difundida a diario por las autoridades de que el virus de la influenza es transmisible mediante estornudos o la tos.
Según la especialista de la UNAM, "debemos acostumbrarnos a diferenciar los actos, sus causas y consecuencias, y darles la importancia justa".
"Es como desarmar y volver a construir toda nuestra conducta para formar una nueva", refirió.
Blum Grynberg propuso la creación de espacios de discusión en escuelas de todos los niveles, principalmente en las primarias, para que la sociedad exprese todos los sentimientos que ha vivido en este proceso.
"La sociedad mexicana ha respondido adecuadamente ante una situación traumática como la influenza A H1N1, porque ha sabido canalizar las sensaciones de angustia y peligro", expresó.
La especialista detalló que "el impacto social causado por el virus tiene efectos tanto positivos como negativos, porque la información derivada ayuda a que la gente entienda el escenario actual".
Advirtió que "este continuo fluir de datos también puede ser perjudicial si es excesivo y bombardeante".
"Las palabras e ideas, según sean usadas, pueden tranquilizar o alterar a los sujetos , y las medidas adoptadas, tienen ese doble efecto", dijo la experta.
A diferencia de la información, éstas permiten hacer algo útil, pero al mismo tiempo dividen a los sujetos, porque al quedar aislados, se ven incapacitados para canalizar sus emociones", dijo la especialista. Fin