El 26 de diciembre una flota de la fuerza naval de China zarpó de Sanya rumbo a Somalia, emprendiendo su primera expedición histórica. Se trata de la primera misión de gran significación de la marina china fuera del océano Pacífico.
Liu Jianchao, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha manifestado con franqueza que China es un gran país que ocupa el cuarto lugar en el mundo en cuanto a la capacidad de transporte marítimo. Sin embargo, entre enero y noviembre del a?o en curso, un 20% de los 1.265 buques mercantes chinos que pasaron por la línea próxima a Somalia fueron atacados por piratas marítimos. La voz del público por el envío de naves militares chinas a golpear a esos piratas se ha escuchado sin cesar. De acuerdo con las encuestas hechas por algunos medios de comunicación masiva, el 86% de los encuestados está de acuerdo con que “China manda barcos militares para combatir a los piratas internacionales” y “proteger los cargueros nacionales”.
No obstante, el gobierno chino había guardado silencio hasta el 16 de diciembre respecto a este asunto. A juicio de muchas personas parecía que China no tenía la intención de incorporarse a las actividades militares de asestar golpe a los piratas en las áreas marítimas de Somalia.
De los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, sólo China no envió naves militares a dichas áreas marítimas. Por eso, el embajador somalí en China, Mohamed Awil, expresó su fuerte deseo de “dar la bienvenida a la presencia naval china en las aguas de Somalia”.
Un experto analizó que en medio del gran alboroto de la “teoría de la amenaza de China” la legalidad de la expedición se convirtió en el foco de la discusión. Los especialistas chinos en defensa nacional vinieron discutiendo con los funcionarios de relaciones exteriores sobre la viabilidad de la primera expedición luego del siglo XV.
El cambio ocurrió en silencio. El 《Periódico de la fuerza naval del pueblo》 publicó hace una semana un artículo argumentando la legalidad de la misión de la flota china de golpear a los piratas de Somalia. El artículo sostiene que la seguridad de las vías marítimas de todo el mundo reviste una gran significación estratégica para China. Las acciones militares normales de un gran país responsable dentro del marco del derecho internacional, es decir, golpear con fuerza a los piratas de Somalia, corresponden al consentimiento internacional de salvaguardar la seguridad del comercio y transporte internacionales. Esta actitud del ejército chino insinuaba un importante cambio en la política militar.
El 16 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una vez más por unanimidad una resolución, autorizando a todos los países para utilizar las fuerzas naval, terrestre y aérea para combatir a los piratas de Somalia en las costas o a través de ataques aéreos.
He Yafei, viceministro de Relaciones Exteriores, transmitió la posición oficial de China: “El gobierno chino considera enviar en un futuro cercano barcos militares a las costas de Somalia para custodiar la navegación.”
La gente está llena de esperanza por la misión de la fuerza naval china. Cree que ésta no debe “nadar siempre en los estanques chinos” como los mares Oriental y Meridional de China, sino templar “su fuerza selecta” en los océanos lejanos.
