El hallazgo parece resucitar una vieja leyenda sobre un misterioso caballo de Asia Central que sudaba sangre, cuenta Yang. “La leyenda indica que el Emperador Wudi ofreció una buena recompensa a cualquiera que pudiera encontrar un de esos purasangres, que abundaban en Asia Central, según se dice, pero que apenas podían encontrarse en China”, explica.
Hoy en día, dicho tipo de caballo se identifica con el Akhal-Teke, una de las razas más antiguas y únicas del mundo.
Wudi dejó los registros más antiguos de China sobre esa raza equina en un poema que compuso para su Akhal-Teke, describiéndolo como “caballo celestial”. El animal era conocido por su velocidad, resistencia y por transpirar un fluido similar a la sangre cuando galopaba. Se cree además que era el caballo que montaba Gengis Khan (1167-1227).
Wudi es más conocido por ser el emperador que abrió la Ruta de la Seda, la vía comercial que unía Asia y Europa.
La construcción de su mausoleo se inició en el a?o 139 AC, un a?o después de haber sido entronizado con 16 a?os de edad, y fue concluido 53 a?os después. El mausoleo cuenta con más de 400 fosos sacrificiales, más incluso que el del primer emperador de la China unificada, Qin Shihuang.