La explotación del ágata en Fuxin data de hace 8.000 a?os y la ciudad es famosa por sus ágatas roja, verde y con agua. Desde el establecimiento de la República China, más campos de ágata han sido descubiertos en la ciudad de Xunke, en Heilongjiang, Xinjiang, Tíbet y Ningxia. En 1987 fue encontrado un campo de más de seis kilómetros cuadrados en el noreste del desierto de Mongolia Interior, mientras otro gran campo fue detectado también en el distrito de Shennongjia, en la provincia de Hubei.
Como consecuencia del tama?o y la magnitud de los viejos y nuevos campos, se ha reducido el valor del ágata y aumentado la disponibilidad en el mercado, lo que hace que la piedra sea hoy asequible incluso al consumidor chino promedio. En la antigua China, los derivados del ágata eran tan caros que solo los compradores ricos y los oficiales podían permitirse el lujo de adquirirlos. “El emperador de la dinastía Sui (518-618) solía enviar embajadores a los países de las regiones occidentales, donde les obsequiaban ágatas como un presente nacional”, asegura Du You en su libro Tong Dian.
Pero mientras cada día resulta menos costoso compra un ágata, elegir cuál comprar no es un trabajo fácil. El color, la textura y la transparencia son lo más significativo a tener en cuenta. En la gemología, el color de un ágata espléndida debe ser brillante y puro y el espesor de la capa de color debe ser fino. Los derivados de ágata de alta calidad deben tener una transparencia suave y elevada y la forma y dise?o deben ser uniformes y claros, además de tener una textura exquisita y fuerte.
Existen similitudes entre el ágata, la calcedonia y el jaspe, pero hay una gran diferencia en el costo. Generalmente el ágata tiene vetas específicas, mientras la calcedonia no tiene vetas y los minerales en el jaspe están normalmente mezclados con arcilla u otras impurezas. El jaspe también tiene un brillo tenue y una pobre transparencia.