Pato mandarín en un estanque de lotos, por Shen Quan, dinastía Qing (1644-1911)
Esta es una gran escala, un cuadro naturalista hecho con laboriosidad y una técnica muy precisa. Aunque representa solo una esquina del estanque, la docena de flores de loto que se muestran en varias etapas de floración, introducen al espectador en un mar de flores de loto y le trasmiten una sensación de gloria y se?orial elegancia. Por encima de las flores, un par de lavanderas blancas charla en vuelo, y en el agua una pareja de patos mandarines romancean. Nada es más valioso que esa armonía serena. Tres nudos de flores de loto trazan una “S” en el agua, aportando una mayor profundidad a la obra.
Lotos y dos pájaros, por Bada Shanren, dinastía Qing (1644-1911)
Cuadro de loto a tinta, Por Bada Shanren, dinastía Qing (1644-1911)
Bada Shanren fue un maestro en el dominio de las pinturas de tinta, las líneas y la cantidad precisa de agua absorbida por el pincel. Aunque nunca usó en sus pinturas otro color que no fuera la tinta negra, sus trabajos estremecen al público por la musicalidad de su cuerpo. En ambos cuadros, la baja perspectiva del artista hace que las flores de loto se conviertan en un dosel de la vida que oscurece parcialmente el cielo y el sol.