De acuerdo con los más novedosos hallazgos en materia de antropología mesoamericana, los mayas, esa ancestral civilización, sacrificaban a jóvenes varones y no a virginales doncellas, como anteriormente se creía.
El arqueólogo Guillermo de Anda, de la Universidad de Yucatán, en México, recolectó y juntó los restos óseos de unos 127 cuerpos descubiertos en los subterraneos del sitio arqueológico de Chichen Itzá. El hallazgo: el 80 por ciento de los cuerpos eran de ni?os de entre 3 y 11 a?os de edad.
Los otros 20 cuerpos eran casi todos hombres adultos, afirmó De Anda, quien también la hace de buzo para encontrar huesos y tesoros mayas.
El antropólogo mexicano explicó que comunmente se arrojaba a los ni?os, aún con vida, a los ojos de agua sagrados (llamados ‘cenotes’) como tributo al dios Chaac. En algunas ocasiones los cuerpecillos eran desmembrados antes de ser ofrecidos a los dioses, abundó.
“Se creía que los dioses preferían cosas peque?as. Por ejemplo, el dios de la lluvia tenía cuatro ayudantes que eran representados por personitas”, comentó De Anda. “Así que arrojaban ni?os a los pozos para comunicarse directamente con Chaac”.
Anteriormente se creía que eran jovencitas vírgenes quienes habían sido sacrificadas en tributo a los diversos dioses mayas. Esta creencia se basaba en los cuerpos que habían sido encontrados, la mayoría adornados con joyería de jade.
No es muy fácil determinar el sexo de un esqueleto de un infante, explicó De Anda, pero aseguró estar convencido de que la evidencia finalmente comprobará que en realidad eran hombres y no mujeres los sacrificados.