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430auto.com | 30. 09. 2024 | Editor: [A A A]

ESPECIAL: Originarias, el centro apoyado por ONU Mujeres que empodera a indígenas en norte chileno

Palabras clave: Chile-ONU MUJERES
Xinhua | 30. 09. 2024

Por Cristóbal Chávez Bravo

IQUIQUE, Chile, 29 sep (Xinhua) -- En la comuna chilena de Iquique (norte), en las raíces del desierto de Atacama, uno de los más áridos del mundo y donde confluyen atávicas culturas, se afinca el Centro Originarias, un espacio que empodera a las mujeres indígenas, apoyado por ONU Mujeres.

Iquique está a más de 1.700 kilómetros al norte de capital chilena, en la región de Tarapacá, una zona resguardada por el imponente océano Pacífico y la cordillera de La Costa, sinuosa y de color arena, como la piel de las mujeres que habitan este territorio de clima primaveral.

Una de ellas es Karen Vera Tito, del pueblo licanantay o atacame?o, lideresa del Centro Originarias, programa de ONU Mujeres que nace en 2019 como "una voluntad y un enfoque de desarrollo que nos invite a trabajar con pueblos originarios", según la explicación de la representante.

"Desde ahí hemos trabajado con más de 3.000 mujeres a lo largo de Chile, dado que la pandemia trajo también el trabajo remoto; y en particular en la región de Tarapacá, con más de 1.000 mujeres en las áreas de formación y capacitación, negocios y escuelas focalizadas, tradicionales y especialistas", se?aló a Xinhua.

Vera Tito enfatizó que este trabajo es necesario en el país sudamericano porque los pueblos originarios y en especial las mujeres, "necesitan de un desarrollo que les permita trabajar y empoderarse".

"Nos vinculamos de una forma humilde, bondadosa, respetuosa, trayendo todos los valores ancestrales de los pueblos originarios para de esa manera, trabajar mancomunadamente con una metodología única en Chile: la metodología con enfoque intercultural", explicó.

Las inauguraciones de las actividades las suele bendecir Aurora Cayo Baltazar, de la comunidad altiplánica Chiapa, con el propósito simbólico de pedir la autorización y el respaldo de los ancestros.

"La particularidad que tiene la región norte es que compartimos fronteras. El pueblo aymara está dividido en cuatro Estados. Como nación tenemos más de 10.000 a?os de historia, en el sur de Perú, norte de Argentina, Bolivia y Chile", dijo a Xinhua la mujer, cocinera tradicional y guía espiritual aymara o yatiri.

Cayo Baltazar fue reconocida en 2020 con el premio a la Cultura Tradicional Margot Loyola, que entrega el Gobierno chileno.

Subrayó que pese a la dispersión de los originarios de su cultura, "mantenemos en cada territorio, en cada parte donde quedamos, nuestro alimento, nuestra forma de prepararlos, nuestro ritual, nuestra esencia que todo tenga que ver agradeciendo a la Madre Tierra".

La mujer yatiri luce con orgullo la bisutería aymara y cada vez que habla de los alimentos de su pueblo sonríe altiva.

"Los pueblos originarios han mantenido eso, manteniendo una alimentación sin fronteras. No deberían existir nunca las fronteras", apuntó.

Aurora cocina con las decenas de variedades del maíz de la zona andina, un conocimiento que heredó de su abuela.

"Desde la sabiduría que manejamos, es poner la semilla en la tierra. Vivimos, cantamos, bailamos, danzamos todo para que ese alimento llegue para el que lo necesita, que sea su medicina del cuerpo y del espíritu", dijo.

Según explicaron los representantes en Chile de ONU Mujeres, el 90 por ciento de las participantes del Centro Originarias confiesa haber mejorado sus competencias en liderazgo, derechos y negocios con el programa.

Es el caso de la escritora de cuentos andinos, Nidia Faúndez Aguilar, originaria de Arica, a 300 kilómetros al norte de Iquique y fronteriza con Perú.

"Cuando yo era muy peque?a, mi mamá me relataba cuentos. Ella no sabía leer ni escribir, pero relataba cuentos como 'El porotito', del cerro sagrado de Potosí y de los chasquis (mensajeros del imperio inca)", se?aló a Xinhua.

La escritora de cuentos andinos mencionó que de esa manera se vinculó con la literatura, en particular de su propia cultura.

"Empecé a escribir porque era tímida. Escribía. En la universidad hice mi primer cuento y me gustó, me di cuenta que a los ni?os les gustaban", dijo la también asistente social de profesión y máster en Igualdad y Género en el ámbito Público y Privado.

Entre sus cuentos, que ilustra la también arique?a Alejandra Salinas, rescata "El nacimiento de Angelita".

"Mi mamá se llamaba Angelita. Es un cuento sobre cómo mi mamá nació. Me llega del corazón porque mi mamá falleció y con este cuento yo quería que reviviera pero a través de la literatura, de los colores, de los relatos, y yo creo que lo he cumplido porque muchos ni?os lo leen", dijo

El cuento aborda el rol de su abuela como partera, las personas que asistían en los nacimientos en lugares remotos, sin conocimientos académicos pero sí médicos-ancestrales.

"Mi bisabuela era partera", comentó Faúndez Aguilar, quien agregó que estos cuentos rescatan la cultura andina, aymaras, quechuas, indígenas y no indígenas porque "son de la macrozona andina". Fin