Repuesta: Estos recelos son comprensibles. Porque cuando miramos las relaciones internacionales en la época moderna, vemos que el desarrollo de una potencia emergente a menudo causaba cambios en la correlación de fuerzas en el mundo y un nuevo reparto de intereses, desembocando en cambios drásticos de la configuración internacional y del orden mundial, agravando sus conflicto de interés con las potencias existentes e incluso provocando guerras de grandes proporciones. Pero China, con su desarrollo, no busca desafiar o reemplazar a la potencia de hegemonía mundial, sino lograr un igual estatus de país grande para mantener aún mejor la paz mundial.
Si uno profundiza más en el contenido del desarrollo pacífico de China, descubrirá que es un desarrollo pacífico, abierto, cooperativo y armonioso.
En el siglo XXI el desarrollo de China es una tendencia histórica inevitable y traerá grandes oportunidades al mundo y a los países de entorno. Tal como el despegue económico de Estados Unidos en el siglo XIX y el de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, será una de las fuerzas motrices para el incremento económico y comercial del mundo. Para el mundo el desarrollo pacífico de China es una oportunidad y no amenaza, una contribución y no desafío. Esto se manifiesta antes que nada en su contribución al crecimiento del PIB mundial. En el periodo 1980-2000, según datos del Banco Mundial, la contribución de Estados Unidos a este crecimiento fue el 20,7%, en primer lugar, y la de China el 14%, en segundo lugar. En las tasas de contribución al crecimiento del comercio global, la de Estados y la de Japón fueron el 14,4% y el 6,9%, respectivamente, y la de China el 4,7%, en tercer lugar. En adelante, mientras la economía y el comercio de China crecen más en volumen, sus contribuciones en ambos aspectos al mundo serán cada vez mayores. China está codisfrutando los frutos del incremento de su economía con el mundo entero.
Como es de todos sabido, China aplica el principio de desarrollo pacífico, el cual corresponde a sus condiciones nacionales y a la tendencia general del desarrollo mundial y, por ello, ha sido apoyado por su pueblo y apreciado por los países de entorno. Este principio favorece a todos los países además de favorecer a la China misma. En 2001-2005 China importó mercancías en un monto acumulativo superior a los dos billones de dólares americanos, equivaliendo a crear 40 millones de puestos de trabajo para otros países. En el lapso que va de 2006 a 2010, China importará mercancías en un promedio anual de 80 millones de dólares, y su importación acumulativa en cinco a?os superará los cuatro billones de dólares, convirtiendo al país en el tercer importador más grande en el mundo. Esto beneficiará a todos sus socios comerciales distribuidos en diversas partes del mundo y también ayudará a algunos países a salir del estancamiento económico.
China es un país en vías de desarrollo con 1.300 millones de habitantes. Para el desarrollo no debería ni podría apoyarse en ningún otro país, sino hacer uso de su fuerza propia como punto de apoyo básico. En la historia moderna China sufrió hasta la saciedad la agresión y la opresión de países extranjeros, y por ello conoce perfectamente lo preciosa que es la paz. Al perseverar en el camino del desarrollo pacífico, concentrará la atención y el espíritu en la construcción propia, se atendrá a la política exterior independiente y de paz y mantendrá la paz mundial. China ha llevado 28 a?os de reforma y apertura, ha abierto un camino conveniente a sus condiciones nacionales, esto es, la construcción de un socialismo con peculiaridades propias en ligazón con la globalización económica en lugar de divorciarse de ésta. Aunque China ha logrado grandes éxitos, cualquier cifra inmensa sería nimiedad frente a una población tan numerosa de 1.300 millones que tiene. En el momento China todavía vive la etapa primaria del desarrollo. Si bien ha revisado hace poco su PIB y ha adelantado de clasificación en el mundo, su ingresos por persona sigue atrás del número cien. Debido al desarrollo no equilibrado entre las regiones y la brecha aún grande entre ricos y pobres, China todavía tiene un largo trecho que caminar para el desarrollo. Por consiguiente, ansía tener un ambiente pacífico. Como el desarrollo de China no afecta a nadie ni constituye amenaza a otros, están enteramente de más los recelos de que su desarrollo pueda amenazar la seguridad de otros países. En una palabra, lo único que su desarrollo puede traer al mundo es oportunidad y no amenaza.
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